Mientras ando metidísimo en el proyecto de cómic que se está alargando hasta el infinito y más allá -mis editores deben querer matarme, pero ya falta menos- saco tiempo para hacer encargos como esta ilustración de portada para la Editorial 23 Escalones.
La idea que me propusieron era la de una niña zombie con mirada angelical y un brazo arrancado en las manos, si bien yo le di una vuelta de tuerca a mi parecer más interesante, aprovechando que me dieron libertad artística y confianza para ello. Podemos pensar que es una niña zombie de mirada perdida, con el arrepentimiento de lo que acaba de hacer asomando entre los rescoldos de la personita que era, o una superviviente abrazada a la extremidad amputada de su padre, la cual todavía acaricia con cariño el rostro de su hija. En todo caso no es la típica niñita siniestra de mirada aviesa, cliché sobreexplotadísimo a mi parecer.

